El Mundial 2026 está cada vez más cerca y en Alemania la mirada ya está puesta en el Grupo E, una zona que, a pesar de tener a la Mannschaft como gran favorita, despierta análisis, cautela y respeto. Así lo dejó claro Thomas Müller, uno de los líderes y referentes del combinado alemán, quien destacó el nivel competitivo con el que llegará Ecuador a la Copa del Mundo.
Alemania compartirá la fase de grupos con Ecuador, Costa de Marfil y Curazao, una mezcla de estilos, jerarquías y desafíos que Müller calificó con absoluta franqueza: “Ecuador es el subcampeón de las Eliminatorias sudamericanas, Curazao es un punto ciego y Costa de Marfil es el campeón africano. Es obvio que avanzar es imprescindible”, declaró el delantero a poco más de seis meses del inicio del torneo.
El respeto del alemán hacia la Tri, que finalizó como segunda mejor selección en el proceso clasificatorio de Conmebol, no fue casual. Müller anticipó que será un rival físico, táctico y mentalmente exigente, y advirtió que el partido que cerrará el grupo podría tener un rol determinante.
La selección alemana iniciará su camino mundialista el 14 de junio de 2026, enfrentando a Curazao. Luego medirá fuerzas con Costa de Marfil, vigente campeón de África, antes de disputar su último encuentro del grupo ante Ecuador el 25 de junio, en Nueva Jersey, en lo que se perfila como uno de los duelos más atractivos de la zona.
La Mannschaft no solo apunta a avanzar: busca reencontrarse con su mejor versión. Tras varias ediciones lejos de las instancias decisivas, el equipo que dirige Julian Nagelsmann se ilusiona con llegar mínimo a semifinales, respaldado por una generación que mezcla experiencia y hambre de gloria, con Müller como bandera.
Ecuador, por su parte, llegará a Norteamérica con un plantel joven, rápido, técnico y competitivo, consolidado tras un proceso clasificatorio histórico donde peleó de igual a igual con gigantes del continente. Su crecimiento en los últimos años, sumado a su orden defensivo y verticalidad ofensiva, lo convierten en una selección peligrosa y difícil de descifrar, incluso para una potencia como Alemania.
La cuenta regresiva avanza y el mensaje es claro: en el Grupo E, Alemania quiere imponer su historia, pero Ecuador ya se ganó el derecho de ser respetado. Y Müller, mejor que nadie, lo sabe.


