La temporada 2025 donde el fútbol perdió contra el crimen: El balance del año deja de lado lo deportivo para centrarse en la debacle económica de los clubes y la pérdida de integridad en el juego.
La trayectoria de la Liga Profesional, iniciada en 2018, ha tocado fondo. Actualmente, el fútbol local lidia con la inminente quiebra de sus clubes emblemáticos y una crisis humanitaria interna en sus planteles, factores que, sumados a las sospechas de corrupción, han forzado la entrada de la fiscalía en el ámbito deportivo.
Más allá de lo económico, la violencia de grupos criminales ha permeado la estructura del campeonato. El control de la LigaPro se desvanece mientras aumentan los reportes de extorsión y amenazas de muerte dirigidas a jugadores y árbitros con el fin de amañar resultados, poniendo en jaque la legitimidad de toda la institución.
La emergencia económica en la LigaPro tiene en El Nacional a su principal víctima: un gigante histórico que hoy desaparece de la élite por insolvencia económica más que por rendimiento deportivo. El panorama general del 2025 ha sido el de un torneo interrumpido por constantes protestas laborales. Jugadores de seis clubes distintos, incluyendo a los más populares del país, se vieron forzados a cesar sus entrenamientos como medida de presión ante deudas salariales que arrastran hasta siete meses de atraso.
