Tras la caída en la final de la Copa Ecuador, Liga Deportiva Universitaria de Quito ha pasado la página y concentra ahora todos sus esfuerzos en la última jornada de la Liga Ecuabet, donde se juega la clasificación directa a la fase de grupos de la CONMEBOL Libertadores, un objetivo clave tanto en lo deportivo como en lo económico.
Paralelamente, desde la dirigencia alba ya se analizan los lineamientos del proyecto 2026, especialmente en lo referente al presupuesto y la planificación del mercado de fichajes. El presidente del club, Álvarez, fue claro al señalar que el panorama financiero dependerá en gran medida del acceso directo a la fase de grupos del torneo continental.
“Los ingresos de la Libertadores son determinantes. Esos cerca de tres millones de dólares marcan una diferencia sustancial en lo que podemos proyectar, tanto para reforzar el plantel como para cumplir con obligaciones pendientes. Por eso, alcanzar ese segundo lugar en la tabla es fundamental para planificar el próximo año”, explicó el directivo.
Álvarez también se refirió al desgaste acumulado del plantel, producto de una exigente seguidilla de partidos y finales decisivas. Si bien reconoció el cansancio físico, puso énfasis en el impacto emocional que conlleva competir en instancias definitivas.
“No se trata solo de lo físico. Existe un cansancio mental importante. En las finales el nivel de concentración debe ser total, sin margen para desconectarse, con poco tiempo para la familia o el descanso. Todo eso termina afectando el ánimo de los jugadores”, sostuvo.
De cara a la temporada 2026, el mensaje desde Liga de Quito es contundente: mantener la ambición deportiva, pelear por títulos y presencia internacional, pero siempre bajo un manejo financiero responsable, que garantice la estabilidad institucional y un proyecto sostenible a largo plazo.


