Lo que se vivió en el Johan Cruyff Arena no fue un simple partido; fue un golpe de realidad, un sismo deportivo que sacudió los cimientos del Ajax en su propia casa. En un duelo directo por la supervivencia europea, el Benfica se vistió de verdugo y, con una actuación clínica, propinó una derrota de 0-2 que se traduce, en una palabra: ELIMINACIÓN.
Este encuentro correspondía a la Jornada 5 de la Fase de Liga de la Champions League. Ambos gigantes, el neerlandés y el portugués, llegaban a esta instancia en una situación desesperada, aferrados a los últimos lugares de la tabla general (Ajax en el puesto 36 y Benfica en el 35).
El Ajax, jugando ante su afición y necesitado de puntos para alcanzar los puestos de play-offs (del 9º al 24º), esperaba una épica remontada. Sin embargo, el guion se torció dramáticamente desde el pitazo inicial.
El conjunto lisboeta no esperó. Apenas transcurrían los cinco minutos de juego (5′) cuando Samuel Dahl destrozó la calma de la afición local con el primer tanto. Un gol tempranero que puso al Ajax contra las cuerdas y obligó a replantear todo el partido.
A pesar de los intentos del equipo de Amsterdam, que mostró desesperación y poca claridad, el Benfica mantuvo la disciplina defensiva, sellando el resultado casi al final del encuentro. Fue el volante Leandro Barreiro Martins (89′) quien, a un minuto del tiempo reglamentario, anotó el 0-2 definitivo. Un mazazo que, además de ser un resultado sorpresivo, terminó siendo una catástrofe para los locales.
Para el Ajax: La derrota significó la eliminación matemática de la Champions League. Se quedan sin opciones de escalar posiciones en la última jornada y se despiden prematuramente del torneo, un fracaso rotundo para uno de los clubes con mayor historia en la competición.
Para el Benfica: Este triunfo, que representa sus primeros tres puntos en la Fase de Liga, les otorga una bocanada de aire y mantiene viva una mínima, pero real, esperanza de clasificar a los play-offs en la última fecha.


