El calor y los altos índices de humedad volvieron a hacer estragos en esta jornada del Masters 1000 de Shanghai, que vio avanzar a cuartos de final al serbio Novak Djokovic, cuatro veces campeón del torneo y finalista de la pasada edición, y al danés Holger Rune, quien le reclamó a los organizadores tomar medidas para «evitar que un jugador muera en la cancha» tras ver desertar a varios protagonistas por problemas físicos, incluido el italiano Jannik Sinner (2), defensor del título que abdicó al trono al abandonar en el tercer set de su partido ante el neerlandés Tallon Griekspoor (31) por la tercera ronda, aquejado por calambres en su pierna derecha.
«Lo siento mucho por Jannik. No me gusta ganar así», afirmó luego Griekspoor tras ese partido, al reconocer que «las condiciones en Shanghai son extremas», antes de despedirse del torneo en la siguiente ronda al caer sorpresivamente por 6-4, 6-7 (1/7) y 4-6 al cabo de dos horas y 22 minutos frente al monegasco Valentin Vacherot (204).
El vencedor, que llegó al cuadro principal procedente de la «qualy», será justamente el rival en cuartos de final de Rune, que se impuo por 6-4, 6-7 (7/9) y 6-3 ante el francés Giovanni Mpetshi Perricard (37) tras dos horas y 28 minutos de juego.
El ganador de ese partido se medirá en semifinales con el vencedor del que animarán Djokovic (5) y el belga Zizou Bergs (44), tras derrotar hoy al español Jaume Munar (41) por 6-3, 5-7 y 6-2 en dos horas y 42 minutos y al canadiense Gabriel Diallo (35) por 3-6, 7-5 y 7-6 (10/8) en dos horas y 48 minutos, respectivamente, en otras dos agotadoras batallas que posiblemente le pasen «factura» a los clasificados.
Djokovic, de 38 años, sufrió más de la cuenta para sacar adelante el partido en el que acusó una dolencia en el tobillo apenas iniciado que logró superar, al igual que algunos problemas estomacales y de presión producto del clima agobiante (vomitó en más de una ocasión), antes de dar un paso más rumbo a su centésimo primer título en el circuito y el cuadragésimo en un Masters 1000.
El serbio pasó una prueba de fuego en un certamen en el que, junto con Sinner, también «tiraron la toalla» el estadounidense Taylor Fritz (4), el checo Tomas Machac (23), el noruego Casper Ruud (12), el belga David Goffin (83), el francés Terence Atmane (61), el serbio Hamad Medjedovic (65) y el local Yibing Wu (159), «víctimas» de las temperaturas que superan los 30 grados centígrados con índices de humedad de hasta el 90 por ciento.
Vómitos, deshidratación y calambres fueron algunos de los síntomas que acusaron quienes abandonaron el torneo e incluso quienes aún siguen en carrera, como Djokovic, quien estuvo al borde de desvanecerse en el segundo set y se saltó la conferencia de prensa post-partido como consecuencia del cuadro que lo afectó.
Frente a semejante escenario y con más retraso del que demanda la situación, la ATP evalúa aplicar una innovación en el reglamento que se debate desde agosto, cuando el francés Arthur Rinderkneck colapsó en el duelo con el canadiense Felix Auger-Aliassime en el Masters 1000 de Cincinnati, y que contempla que frente a condiciones climáticas adversas un supervisor de la entidad podrá decidir la suspensión de un partido de común acuerdo con los médicos del torneo.
«Al mismo tiempo, los Servicios Médicos están trabajando para encontrar nuevas soluciones para los casos de calor extremo, tendientes a ayudar a los tenistas durante los partidos», comentó la ATP, al aludir a una iniciativa que también se debate en la WTA y apunta a incluir una nueva regla que contemple pausas más largas entre un juego y otro, hasta la suspensión del partido si las condiciones resultan ser demasiado severas.