El Club Sport Emelec finaliza una nueva temporada envuelto en dificultades deportivas e institucionales y, por tercer año consecutivo, sin lograr la clasificación a un torneo CONMEBOL, una realidad que refleja el delicado momento que atraviesa el conjunto eléctrico y que incrementa la preocupación entre su hinchada.
A lo largo del año, Emelec evidenció un rendimiento irregular en la Liga Ecuabet, marcado por resultados adversos que lo alejaron tempranamente de los puestos de protagonismo. La dura derrota 4-0 ante Universidad Católica fue uno de los golpes más significativos, a la que se sumaron caídas frente a Delfín y Vinotinto, además de un empate ante Macará, resultados que profundizaron la crisis futbolística.
Recién en marzo, el equipo logró cortar una racha de seis meses sin victorias tras imponerse 1-0 a Liga de Quito, un triunfo que generó expectativa, pero que no fue suficiente para sostener una recuperación en el torneo. La falta de regularidad y los tropiezos en encuentros clave terminaron por dejar al club fuera de la pelea por los cupos a Copa Libertadores y Copa Sudamericana, un objetivo mínimo para una institución de su historia.
La Copa Ecuador apareció como una alternativa para alcanzar la clasificación internacional y devolverle ilusión a la hinchada. Sin embargo, Emelec no logró imponerse con claridad ante sus rivales. En las semifinales, enfrentó nuevamente a Liga de Quito y, pese a mostrar un buen desempeño, una expulsión condicionó el trámite del partido y permitió la reacción del conjunto albo, que terminó imponiéndose 2-1 en el estadio Capwell.
En el plano institucional, la temporada estuvo atravesada por problemas administrativos, limitaciones económicas y constantes cambios, factores que influyeron directamente en la conformación del plantel y atentaron contra la estabilidad del proyecto deportivo. Así, Emelec cierra otro año con cuentas pendientes y con la necesidad urgente de una restructuración profunda para recuperar competitividad y protagonismo en el fútbol ecuatoriano.


