Cientos de fanáticos y personalidades del fútbol de ayer y de hoy despidieron a Miguel Angel Russo, el entrenador de Boca Jrs que falleció el miércoles a los 69 años tras una larga batalla contra un cáncer de próstata y vejiga que le detectaron en 2017 y que vivió este deporte hasta el último día y hasta su último aliento.
Incesante fue el desfile en la capilla ardiente montada en el interior de la «Bombonera», el mítico escenario al que tantos se acercaron para darle el último adiós a un hombre apreciado por todos aquellos con quienes compartió su vasta y prolífica carrera profesional y en quienes dejó una huella imborrable.
Escenas pocas veces vistas en un fútbol argentino dominado desde hace años por el odio visceral hacia el adversario pudieron observarse durante los funerales del entrenador, que congregaron a fanáticos de varias parcialidades enfundados en las casacas de sus propios clubes, incluso de River Plate, el clásico rival del club «xeneize».
Imágenes que remontan a otro momento de dolor compartido e infinito como el que provocó la muerte del astro Diego Maradona, aquel fatídico 25 de noviembre de 2020, cuando pudo verse fundidos en un abrazo y un llanto desconsolado a dos hinchas rivales de los clubes de mayor convocatoria frente a la Casa Rosada, sede del gobierno donde fue velado.
Russo también supo unir a los fanáticos argentinos en su despedida y no sólo a aquellos de los clubes a los que dirigió y entre los que se destacan, además de Boca Jrs, Estudiantes de La Plata, donde jugó durante toda su carrera como futbolista ante de entrenarlo, así como Lanús y Rosario Central.
En el estadio de ese último, el «Gigante de Arroyito», serán esparcidas parte de las cenizas de Russo, cuyos restos fueron cremados en un cementerio de la localidad de Pilar, en la periferia norte de Buenos Aires, por pedido del propio entrenador, que piso ese escenario por última vez hace menos de un mes.
Fue en el partido que Boca Jrs empató con un Rosario Central cuyo público recibió a su ex DT con los brazos abiertos al igual que sus ex dirigidos en un duelo que enfrentó a los campeones mundiales Leandro Paredes y Angel Di María (autor del empate con un gol olímpico) y que muchos hoy interpretan como una despedida.
«Gracias por luchar hasta el último día para estar presente acompañando a tu equipo. Nos dejas muchos recuerdos y enseñanzas. ¡Hasta siempre Miguel!», fue el mensaje que publicó Paredes tras la muerte de Russo y que resume en gran medida el legado que dejó en aquellos que pasaron por sus manos.
El ex mediocampista de la Roma se enteró de la triste noticia mientras se encontraba con la selección argentina que hoy por la noche disputaba ante Venezuela en Miami el primero de dos amistosos (el siguiente será ante Puerto Rico) aprovechando la doble fecha FIFA.
Ya clasificados al Mundial 2026 como líderes de las finalizadas eliminatorias sudamericanas, los campeones mundiales le rindieron tributo a la distancia a Russo, «una persona que dejó una huella imborrable y un gran legado en el fútbol», destacó el DT del combinado nacional, Lionel Scaloni, durante la habitual conferencia de prensa.
«La noticia nos llegó en medio de un entrenamiento y nos dejó descolocados, a pesar de que sabíamos que Miguel atravesaba un momento complicado. Por eso, a pesar de la conmoción, decidimos juntarnos y recordarlo con un minuto de silencio», explicó Scaloni.
El capitán y goleador histórico de la «albiceleste», Lionel Messi, apeló a su cuenta personal en Instagram para enviarle su «sentido pésame a sus familiares, amigos y allegados» del técnico que jugó en la selección nacional en sus épocas como futbolista.
Russo supo generar un cariño que fue más allá del sentido de pertenencia en los equipos a los que dirigió, entre los que se cuentan los también argentinos Racing Club, San Lorenzo, Vélez Sársfield, Colón, Universidad de Chile, Cerro Porteño de Paraguay, el español Salamanca, el mexicano Monarcas, el peruano Alianza Lima, el colombiano Millonarios.
Todos conmovidos tras conocerse la noticia de su muerte y que lo recordaron con mensajes de dolor y de enorme respeto, como el que demostraron los aficionados locales en el conmovedor minuto de silencio dispuesto por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en todos los estadios que albergarán partidos desde hoy y a lo largo de este fin de semana.
Pero el mejor homenaje, sin dudas, se lo tributó su propio hijo futbolista: Ignacio Russo, quien tras despedir a su padre rumbo a su última morada se sumó al plantel de Tigre que hoy cerraba la jornada de adelantos de la duodécima fecha de la Liga profesional en cancha de Newell’s Old Boys (el clásico rival de Rosario Central).
Fue al abrir el marcador del partido a los 22′ para celebrar arrodillándose en el césped sin poder contener el llanto, mientras sus compañeros corrían a abrazarlo.
Un gol que no sólo festejaron jugadores y fanáticos de Tigre, club en el que milita «Nacho», quien en la previa explicaba el por qué de su presencia a pesar del luto: «Si no juego, Miguel se levanta y me caga a puteadas». El mejor resumen para definir lo que fue su padre, que seguramente celebrará desde el cielo.